Me Volví Loco y Conversé con Dios

Entonces me dijo:

Oh! animales con una mente que los ha destruido, os acuso frente a la ley de todas las leyes por abuso. ¿Por qué pretendéis llegar al cielo, si es desde aquí de donde vienen y es para acá a donde vendrán?

No es en vuestra comparación que llegaréis a mí, sino que es en vuestra unificación que llegaréis a ser yo mismo. Pero estáis divididos, y yo he destruido naciones enteras que se han dividido de forma irreparable. Ahora ni siquiera os puedo decir que busquéis el amor, porque vuestras sociedades han cambiado ya el verdadero significado de esa palabra.

Dejad el intelecto a un lado y comprended que éste de nada ha servido a las generaciones tras los siglos, porque estáis tan heridos con vuestros lamentos, que rápidamente el poder se les enquista y los arroja al vacío de vuestra propia importancia.

Yo no soy un Dios que necesite instituciones para guiar al hombre, es justamente lo contrario, como las instituciones han alejado al hombre de mi lado, atrapados por el poder que sienten tener en jerarquías oligofrénicas que ahora también han mediatizado tratando de alargar su inevitable agonía.

Tampoco soy un Dios que santifique lo bueno y condene lo malo, ustedes ven el mundo de ese modo porque han sido divididos y separados. No necesito que nadie sea culpable porque hasta donde yo sé la culpa no la inventé yo sino el propio hombre.

No sigáis construyendo edificios más altos que vuestro propio presente, lo que les doy luego lo quito y lo que les quito luego lo doy nuevamente; porque nada nos pertenece, ni a mi ni a ustedes, las cosas nacen para morir y luego mueren para volver a nacer, y aún así vosotros siempre seguiréis existiendo, aunque vuestra mente no lo pueda comprender todavía.

Id al centro de vosotros mismos y dejad de lado a ese niño herido que no los deja ver con claridad. Más allá de lo impensable estoy yo, pero también estoy acá, junto a ustedes.

¿Qué titulará la prensa local mañana por la mañana?

¿Qué Titulará la Prensa Local Mañana por la Mañana?

Que en la marcha desbordante de los estudiantes hubo trece detenidos, disturbios con guanaco y gases lacrimógenos; que hasta hace unos meses lanzaban ilegalmente, porque aunque se haya demostrado lo contrario, en ese entonces no tenían los estudios para enterarse del daño que generaban en la vida humana. Pero lamentablemente nadie dijo nada.

Otro titular podrá ser que la selección chilena nos ilusionará con una victoria mientras somos hipnotizados para olvidar que nuestra bandera social está trizada y que seguir construyendo sobre ella parece ser una gran torpeza.

O saldrá algún soliloquio del presidente que, ciega y desesperadamente, persiste en su técnica de manejo mediático; el de corbatas azules neoliberales o el de estrellas multicolores que nos prometen un cambio.

Otro “título rojo” podrá decir que los índices de contaminación son alarmantes y que la ciudadanía debe tomar medidas. Pero nadie nos dirá sobre lo dañinas que son las primeras lluvias ácidas caídas en periodos de chubascos sobre la capital.

O aún que parezca incomprensible, tratarán de reunir la atención mediática en las marchas de Hidroaisén, mientras agazapados aprueban proyectos de termoeléctricas, que no podrían haber concretado sin el neoliberalista truco que suspicaz avanza impúdicamente.

¿Y de la salud? De ese derecho que tenemos como individuos de un país que hasta hace poco ¿hablaba de llegar a ser un país desarrollado?

Pero no, no se titulará de ningún modo que sin isapre no puedes aspirar a ser atendido médicamente, como debería ser labor irrestricta del juramento hipocrático que muchos médicos juran anualmente.

Pero aunque todavía parezca un sueño, esta noche me acostaré a dormir con la esperanza de que los hombres de estas tierras comienzan a despertar. Que llegará un momento donde la hipnosis mediática dejará de funcionar y entonces sus agonizantes métodos de manejos neoliberales caerán, porque aunque el hombre en pos del poder haya olvidado muchas cosas importantes, no podrá olvidar de ninguna manera, que todo en este universo tiene un otoño, un momento en que las cosas decaen para transformarse y así nacer nuevamente.