domingo, 10 de julio de 2011

Me Volví Loco y Conversé con Dios


Entonces me dijo:

Oh! animales con una mente que los ha destruido, os acuso frente a la ley de todas las leyes por abuso. ¿Por qué pretendéis llegar al cielo, si es desde aquí de donde vienen y es para acá a donde vendrán?

No es en vuestra comparación que llegaréis a mí, sino que es en vuestra unificación que llegaréis a ser yo mismo. Pero estáis divididos, y yo he destruido naciones enteras que se han dividido de forma irreparable. Ahora ni siquiera os puedo decir que busquéis el amor, porque vuestras sociedades han cambiado ya el verdadero significado de esa palabra.

Dejad el intelecto a un lado y comprended que éste de nada ha servido a las generaciones tras los siglos, porque estáis tan heridos con vuestros lamentos, que rápidamente el poder se les enquista y los arroja al vacío de vuestra propia importancia.

Yo no soy un Dios que necesite instituciones para guiar al hombre, es justamente lo contrario, como las instituciones han alejado al hombre de mi lado, atrapados por el poder que sienten tener en jerarquías oligofrénicas que ahora también han mediatizado tratando de alargar su inevitable agonía.

Tampoco soy un Dios que santifique lo bueno y condene lo malo, ustedes ven el mundo de ese modo porque han sido divididos y separados. No necesito que nadie sea culpable porque hasta donde yo sé la culpa no la inventé yo sino el propio hombre.

No sigáis construyendo edificios más altos que vuestro propio presente, lo que les doy luego lo quito y lo que les quito luego lo doy nuevamente; porque nada nos pertenece, ni a mi ni a ustedes, las cosas nacen para morir y luego mueren para volver a nacer, y aún así vosotros siempre seguiréis existiendo, aunque vuestra mente no lo pueda comprender todavía.

Id al centro de vosotros mismos y dejad de lado a ese niño herido que no los deja ver con claridad. Más allá de lo impensable estoy yo, pero también estoy acá, junto a ustedes.


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