Podemos criticar fuertemente a esa Concertación maltrecha, viciada y fallecida; pero a estas alturas de nuestra experiencia social, ya no vale la pena perder el tiempo en el enjuiciar un proceso “político” que ha llegado a su fin. Quizás aprender de los errores y ante todo asumirlos, agradecer las vivencia que nos han hecho avanzar en una transición lenta y paulatina, pero que ahora comienza a renacer con la fuerza de una generación joven, que al fin tiene un punto de vista sensato frente a las necesidades sociales y humanas, condenando el lucro económico, que de manera suspicaz, se afirma en la manipulación de mecanismos políticos, sociales y populistas.
Esta juventud, en la segunda década del siglo XXI, llega a continuar la visión social de los jóvenes de hace 4 décadas atrás; cuando en estas tierras se violaron todos los derechos humanos; donde los militares utilizaron sus armas para asesinar a sus propios conciudadanos, hombres, mujeres y niños. Entonces es comprensible que aquella visión social haya quedado troncada y deprimida.
En los albores de esta nueva era, ya no es posible concebir al ser humano como un individuo separado, lo que las nuevas generaciones estamos entendiendo es que TODOS somos UNO, y desde esta perspectiva ya no es posible que el actual sistema "socio-político-económico" pueda resistir mucho tiempo más.
No debemos olvidar que nuestra búsqueda social como seres humanos, está en el encontrar un bien común, que defienda la libertad individual de todos los participantes que poblamos estas tierras. Y esa, nuestra libertad individual, es la que no puede ser transada por intereses económicos minoritarios de ninguna índole, y mucho menos la utilización de articulación política en el manejo de las conveniencias del retail, el lucro en la educación, el negocio de la atención médica, las farmacéuticas, la inconsciente explotación de nuestros recursos naturales, la prostitución de los medios de comunicación y la esclavitud disfrazada de terno y corbata a los que se someten muchos ciudadanos para poder “subsistir” en el medio social instaurado.
Me pregunto ¿Quién es el que escribe los diálogos del señor presidente de la república chilena? o ¿Será que al escritor lo cambian de la misma forma en que se cambian los ministerios? Es insostenible que un gobierno utilice métodos comunicacionales para referirse a temas tan gruesos como es el robo de nuestra mano de obra y recursos naturales, bajo el amparo constitucional creado por un ex dictador que fue acusado internacionalmente de graves violaciones a los derechos humanos; por si alguien lo ha olvidado se llamaba Pinochet.
Lo que no se les debe olvidar jamás a los señores líderes políticos de estas tierras o de cualquier otra, es que el ser humano, como un individuo social, no existe en función de un gobierno, sino que es tangencialmente lo contrario, UN GOBIERNO EXISTE EN FUNCIÓN DE LOS SERES HUMANOS, o dicho de otro modo, en función de los individuos sociales que lo designan, al menos, claro, que nuestra democracia tenga algunos errores y sea necesario revisarla.
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